En esta ocasión nos sumergiremos en uno de los edificios en forma de cubo menos convencionales de la época moderna; pero ¿Por qué decimos esto? Para comenzar el llamado “The Cube”, es una pieza central escultórica de las plazas más destacadas de Berlín, donde destacan características como su sustentabilidad, resiliencia y su capacidad de transmitir conocimientos de las tendencias del lugar de trabajo del siglo 21. Además, su estructura está apegada en su totalidad a la innovación (incluso es considerada una de las edificaciones más inteligentes de toda la Unión Europea), eso sin mencionar su diseño completamente minimalista.
The Cube, se encuentra frente a la estación central de la ciudad de Berlín; un proyecto que corrió a manos del estudio de arquitectura 3XN Copenhague y desarrollado por la empresa CA Immo; juntos lograron otorgarle al cubo un carácter escultórico que hace referencia a edificaciones emblemáticas como el osario de Rossi o el apabullante Palazzo della Civiltà de Roma. Este fue inaugurado en 2020; como antes lo mencionamos, su estructura es su principal componente, ya que en palabras de los arquitectos, el proyecto ayuda a crear nuevos momentos de interacción en la ciudad, por sus materiales que reflejan el componente más importante del lugar, el entorno.
Uno de sus principales atributos es su gran espacio, pues cuenta con 10 pisos destinados a oficinas, un supermercado de alimentos a en la parte inferior, un vestíbulo de oficinas; aparte de estacionamiento, salas de plantas, una terraza en la azotea que goza de una vista magnífica a la ciudad y diferentes áreas para eventos de conferencia.
Es momento de hablar de su increíble estructura de 42.5 metros cuadrados. Se compone de un diseño en forma de caleidoscopios triangulares de doble piel; para lograrlo hicieron uso de 12 diferentes tipos de vidrio, con la encomienda que la edificación fuera capaz de poder producir su propia ventilación y luz natural. Esto gracias a su piel osmótica y su cuidadoso diseño, que incluye una aplicación pionera de revestimientos solares en la piel del exterior, que permiten capturar la energía del calor y que así, lograr que el edificio sea altamente sustentable energéticamente.
La integración de estos vidrios no solo es un componente indispensable para lograr que la edificación fuera sustentable, pues a su vez le brinda a la fachada una estética muy atractiva para los usuarios que se encuentran en el exterior, ya que refleja cada componente del entorno a la perfección en cada uno de sus lados. Esto se logró gracias a que los arquitectos de 3XN, colocaron en diferentes direcciones, transformaciones geométricas con un patrón prismático de relieves de superficie triangular, para lograr crear diferentes lienzos arquitectónicos dependiendo de donde se vea. Por lo que se puede decir que cada una de las partes cuenta con su propio diseño, dadas las diferentes perspectivas en que se puede observar.
Las cuatro diferentes fachadas permiten la interacción entre los ocupantes del edificio y el entorno, creando un sutil límite entre los espacios interiores y exteriores. Estos elementos de la fachada se empujan hacia adentro para crear terrazas al aire libre en todos los niveles. La cubierta se puede considerar como una “quinta fachada” pues es la que complementa el concepto del cubo.
En el interior nos encontramos con un diseño magnífico, pues los pisos están perfectamente colocados sobre un núcleo central, para permitir a los usuarios acceder a las diferentes zonas de forma sencilla. De hecho, esta idea nació de la misma empresa 3XN, que buscaron con este concepto fomentar la comunicación y la actividad social a través de conexiones dinámicas en el lugar de trabajo. Además, claro, otras características importantes en su interior son los elementos como los espacios al aire libre, espacios públicos y las antes mencionadas oficinas y el supermercado.
Por último, no podemos olvidar sus increíbles avances tecnológicos que lo llevaron a convertirse en una de las edificaciones más inteligentes de toda Europa. Para empezar, es un edificio inteligente de próxima generación que presenta nuevos patrones para la integración de interfaces de usuario digitales inteligentes; es decir, que los visitantes pueden interactuar con la edificación a través de su móvil. Esto lo hacen mediante una aplicación que impulsa un comportamiento sostenible y aumenta la eficiencia energética, mientras reduce los costes operativos innecesarios y las irregularidades de mantenimiento. Además, los inquilinos tendrán la oportunidad de personalizar diferentes funciones como el control de acceso, la calefacción y refrigeración, el mantenimiento, el suministro de energía, las reservas de habitaciones y aparcamientos, la carga de coches/bicicletas eléctricas y más, con el simple uso de un dispositivo; lo que además de ser innovador resulta altamente eficiente.
Aunado a esto, toda la información operativa del edificio se almacena en un gran servidor, el llamado “cerebro digital” que conecta los sistemas inteligentes individuales de la edificación. El consumo de energía se controla y maximiza; es decir, que continuamente está aprendiendo con el propósito de ser cada vez más eficiente. De esta forma, tanto el Cube, como los usuarios, están en constante aprendizaje el uno del otro.
Sin duda, el gran proyecto The Cube, es un claro ejemplo de la vanguardia tecnológica, pues hace uso de este concepto en casi todas sus funciones, tanto en su revestimiento, que se adapta a los escenarios y temporalidades del lugar, como el uso de tecnología para llevar una correcta ejecución de los sistemas dentro del edificio; eso sin mencionar sus cristales que hacen a la estructura altamente sustentable.
