Una de las etapas más importantes de las obras de construcción son los acabados, especialmente en proyectos residenciales ya que son el toque que les da distinción y elegancia. Una vez que se termina la obra gris empieza esta etapa donde se empieza a recubrir toda la estructura.
La razón primordial por lo que son imprescindibles los acabados en cualquier obra es porque hacen los lugares habitables, ya que sin algunas adaptaciones e instalaciones ciertos espacios simplemente no se podrían ocupar.
Cuando se trabaja en un proyecto residencial supone una mayor inversión en los materiales que se utilizan, así que muchas veces los acabados suelen protegerlos y asegurar una mayor duración de los mismos, así como evitar mayores gastos futuros en mantenimiento. Por ejemplo, hay que usar un buen barniz en la madera para evitar la polilla y la humedad.
Además, es indudable que los acabados son los que determinan el estilo arquitectónico del proyecto, en ellos es donde se concluye el diseño final que fue planeado para darle una mayor estética a las viviendas residenciales. Gracias a estos se define cuáles son los elementos que las distinguen de las demás y les otorgan una identidad.
En cuanto a temas de plusvalía, es evidente que la cantidad y calidad de los acabados son proporcionales al valor que agregan a la propiedad. A partir de ellos también se puede determinar si una residencia es de lujo o no. En este caso se toma en cuenta los acabados tanto exteriores como interiores.
Hay una variedad inmensa, encontramos el acabado de paredes, pintura, barnices, mármol, resinas, pisos, pizarras, láminas, escaleras, tejas, ventanas, puertas, madera y derivados, vidrio, cristal, aluminio y demás. Por todos los motivos antes mencionados es fundamental ahondar en ellos.
