Las impresoras 3D lograron lo que siempre soñamos: en primer lugar, materializar casi cualquier diseño que tengamos en mente, imprimir comida y hoy, hacer casas en un tiempo récord de 7 días.
Estos hogares se destacan por su funcionalidad, sustentabilidad y el ahorro en los materiales que las componen. Se trata de una evolución en la manera de crear desarrollos residenciales y de estar a la altura de la demanda que se pronostica para los próximos años.
La impresora es conocida como Big Delta desarrollada por la empresa italiana WASP dirigida por Massimo Moretti, quien destaca la facilidad con que su máquina edifica con tan sólo utilizar una computadora, tierra, paja y agua.
El equipo de Moretti también creó impresoras en menor escala para hacer el mobiliario hogareño. Aunque este método no sustituye a los medios tradicionales, sí ofrece una alternativa para afrontar crisis humanitarias y emergencias, además de marcar la pauta para renovar los parámetros de construcción actual.
Las casas de Big Delta miden hasta 3 metros de altura, pero se pueden crear diseños adaptables a las necesidades particulares de cada proyecto. La enorme impresora mide 12 metros de alto y cuenta con 3 brazos móviles para desarrollar las estructuras internas (que son similares a los panales de abeja, gracias a que su diseño brinda estabilidad y aislamiento).
La misma empresa también cuenta con otros proyectos de impresión 3D entre los que destaca la arquitectura experimental y el diseño de prótesis médicas. En un futuro, la decoración de interiores también se transformará porque se podrán hacer instalaciones más veloces, modernas y con estilo.
