Noruega abrió las puertas del primer restaurante submarino en Europa, una estructura inclinada que en uno de sus extremos se hunde en el mar, creando auténticamente un restaurante bajo el agua con una vista que ofrece una experiencia más real que si se estuviera en un acuario.
El despacho noruego Snøhetta fue el encargado del proyecto, logró una gran obra al darle una forma monolítica de 34 metros al edificio que rompe la superficie del agua en el Mar del Norte para descansar directamente sobre el lecho marino a cinco metros más abajo.
“La estructura está diseñada para integrarse completamente en su entorno marino a lo largo del tiempo, ya que la rugosidad de la capa de concreto funcionará como un arrecife artificial, lo que dará la bienvenida a las lapas y las algas marinas para que lo habiten”, explica Snøhetta.
Con los gruesos muros de hormigón apoyados contra la escarpada costa, la estructura está construida para resistir la presión y el impacto de las condiciones del mar.
La parte superior del restaurante está cubierta de madera, pero al bajar ocho metros por una escalera se ingresa a un comedor que tiene capacidad para 40 personas y un gran ventanal desde el que se puede observar el océano.
El restaurante se inauguró en Baaly, en el extremo sur de Noruega, con una lista de 7 mil clientes que se anotaron desde antes de la apertura para poder visitar esta obra.
