El Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México será uno de los más grandes del mundo, creado a partir del compromiso con el ambiente, la modernidad y la eficiencia. La aspiración del proyecto, es conseguir certificado Leed en categoría Platinum.
Su edificación estará a cargo del profesional mexicano Fernando Romero en colaboración con Norman Foster, arquitecto británico que en 1999 recibió el Premio Pritzker. El terreno de 555 mil metros cuadrados tendrá señalización y varios elementos decorativos con referencia al concepto del águila posada sobre un nopal, devorando una serpiente.
El techo simulará las alas abiertas del águila en referencia también al vuelo, además, será una sola estructura continua que facilitará su construcción y la economía del material. Estará preparado para aprovechar la luz solar, recolectar agua de lluvia y contar con ventilación natural.
Los materiales principales serán el acero y vidrio ligero, resistentes para soportar las condiciones de suelo y clima de la Ciudad. Una curiosidad de este enorme complejo, es que carecerá de columnas y paredes verticales comunes; además, tendrá un museo arqueológico.
La primera etapa que estará concluida en 2018, tendrá 1 terminal para el tráfico de 68 millones de pasajeros, con un total de 540 mil 500 operaciones anuales.
