En ocasiones, el ritmo acelerado de vida no permite percatarse de las obras que cotidianamente se tienen al paso. Un ejemplo en la Ciudad de México es el Edificio Celanese, una obra arquitectónica en la que pareciera que la enorme estructura está suspendida o flotando.
El Edificio Celanese no es una instalación con juego de óptica, es un gran desarrollo que requirió ingenio y talento. Inmerso en una de las avenidas más transitadas al sur de la Ciudad de México, este edificio es la obra del arquitecto mexicano Ricardo Legorreta Vilchis, quien realizó este proyecto en 1968.
Así es, hace más de 50 años y hoy se le ve tan vivo porque se creó con un lenguaje arquitectónico moderno que en su tiempo fue algo sin parámetros y gracias a ese ingenio continúa vigente a la fecha.
Todo el edificio está suspendido sobre una estructura de concreto armado, del cual se desprenden unas armaduras y tensores de acero que estabilizan al inmueble. En un área de 5,000 m², estéticamente impresionante y desde el punto de vista funcional con una gran vitalidad, ya que logra una mejor distribución de cada piso, aprovechando todos los espacios de manera uniforme al ser como una caja rectangular.
