¿Qué es una fachada flexible y cómo se diferencia de la tradicional?
A medida que el tiempo transcurre, la tecnología sigue evolucionando y esto ha llevado a la arquitectura a ofrecer nuevas alternativas y soluciones de construcción. Uno de los aspectos más relevantes en cualquier obra es la fachada, y gracias a los avances tecnológicos, se ha desarrollado un material sumamente innovador e interesante para aquellos en el ámbito arquitectónico: la fachada flexible.
La fachada flexible es una forma de cubrir la parte exterior de un edificio que se adapta a las condiciones externas, como el clima y la luz solar, usando elementos que se mueven. Por ejemplo: se pueden usar paneles que se abren y cierran solos, láminas que cambian de posición para regular la cantidad de luz que entra, o cualquier otro mecanismo que permita que el diseño sea más flexible. Esto significa que se puede ajustar a las condiciones del ambiente, lo que puede ayudar a ahorrar energía y hacer que el edificio sea más cómodo para las personas que lo usan.
Estas se usan en edificios modernos y tecnológicos para hacerlos más eficientes en el uso de energía y mejorar la comodidad de las personas que los utilizan; pero también se pueden utilizar en edificios históricos para preservar su fachada original, mientras se agregan elementos modernos. En este caso, la fachada flexible permite que las edificaciones antiguas se adapten a las necesidades de hoy sin perder su encanto y características originales.
¿Cómo se diferencia una fachada flexible de una fachada tradicional?
Una fachada tradicional es una estructura de pared sólida que no tiene elementos móviles. Está diseñada para proteger el interior del edificio del clima y otros factores ambientales y no se adapta a las condiciones externas.
En contraste, una fachada flexible es más compleja y se compone de una serie de elementos móviles que permiten un mayor control de la entrada de luz, la ventilación y la temperatura. Estos elementos también pueden ayudar a mejorar la eficiencia energética del edificio al reducir el uso de sistemas de climatización.
Además, las fachadas flexibles ofrecen una mayor libertad de diseño, ya que permiten la creación de formas y patrones más complejos y estéticamente atractivos. También pueden ser más costosas que las fachadas tradicionales debido a la complejidad de los mecanismos que se utilizan.
Sin lugar a dudas, este material es un parteaguas para la innovación en la construcción de obras arquitectónicas contemporáneas. Es un elemento realmente versátil y atractivo que se adaptará a cualquier tipo de estructura y condiciones climáticas.
Ahora que conoces esta innovadora tecnología, ¿te gustaría conocer edificios con este complemento? ¡Te leemos en los comentarios!