Los pisos laminados llevan ya un tiempo en el mercado, y son una opción bastante cómoda frente a otros tipos de piso como el parquet o la madera. En este artículo te diremos cuales son las ventajas de usar este tipo de pisos.
En primer lugar, su aseo suele ser bastante fácil y rápido. Al ser una superficie completamente lisa, es perfecto para limpiar con trapeador, escoba o incluso aspiradora. Además, su textura impide que se acumule polvo o cualquier otro residuo como cabello y piel muerta.
Otra ventaja es su instalación, pues no se necesita pegamento, y las piezas están bien definidas por lo que se acoplan entre sí, lo que ahorra mucho tiempo al momento de colocarlas. Estos pisos, además, tienen muchos diseños, por lo que se adapta a cualquier habitación, y puedes tener imitación de pisos más caros, como la madera, pero con la calidad del piso laminado. A esto se suma otra ventaja: los pisos laminados no necesitan un cuidado especial, solo una limpieza sencilla y rápida.
Los pisos laminados son bastante económicos, y están diseñados para soportar el desgaste. Dependiendo el tipo de tránsito del lugar en el que se usará, tu piso laminado podría llegar a durar hasta diez años sin desgastarse. Además, están cubiertos por una capa de protección contra rayos UV, lo que evitará que se decolore con el tiempo.
Una desventaja que tenían los pisos laminados es que no eran resistentes a la humedad, sin embargo, actualmente existen pisos laminados que resisten el agua: si alguien tira accidentalmente un vaso con algún líquido en la sala, no tendrás que preocuparte por tu piso.
