De cárcel a centro cultural
Foto cortesía de arquitecturaviva.com
Las prisiones son espacios de rehabilitación social, sin embargo, algunas han sido abandonadas con el paso del tiempo y se convierten en lugares desperdiciados que no se usan para nada, dejando que sus instalaciones se vayan deteriorando poco a poco.
En el caso de la cárcel franquista de Lugo, en España, se tomó la decisión de rehabilitar el espacio mismo, puesto que ya no se usaba como prisión. Así fue que se convirtió en un centro cultural para los habitantes de este lugar y reabrió sus puertas con el nombre de O Vello Cárcere.
En él, se tendrá una exposición permanente sobre la historia del edificio y cuenta con recintos para exposiciones temporales, salas de uso didáctico, biblioteca y auditorio. Se piensa agregar una cafetería.
Se remodelaron los espacios, pero aún así, se respetó la estructura original de la cárcel, por lo que sus ejes visuales y patios cuentan con gran valor estético y, de cierta manera, también social, al haber dejado en cada una de las celdas las rayaduras que los presos dejaban en la pared.
Aunque el proyecto sufrió muchas demoras, al final se estableció una fecha de apertura, la cual se tenía que respetar, a riesgo de perder los fondos europeos invertidos para el proyecto. Se entregó un espacio recuperado, bien conservado y en el cual se siente el respeto hacia los presos que estuvieron en el lugar, encarcelados injustamente por el régimen franquista: en tan sólo 4 años hubo 6 mil reos, muchos de ellos fusilados.
Ahora, en 2017, este espacio fue inaugurado con un programa que incluyó un concierto de cuarteto acompañado por piano y un espectáculo de danza. Se busca sea un memorial para todas las personas que estuvieron cautivas en estas celdas.