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Las míticas Islas de los Gatos

Digamos que un lugar no tiene una arquitectura espectacular, su ubicación no es la más estratégica y ni siquiera tiene tiendas donde comprar víveres. ¿Entonces qué lo puede hacer especial? Sin duda sus habitantes.

Tal es el caso de Tashirojima -al norte de Japón-, mejor conocida como la Isla de los Gatos. Aquí se vivía de los productos hechos con los gusanos de seda, así que los gatos estaban encargados de protegerlos de las plagas; sin embargo, este arte fue cayendo en decadencia y las personas comenzaron a migrar a otras partes de Japón, dejando a los gatos como dueños del paraje.

En esta isla se puede visitar el templo Neko-Jinja, donde las ofrendas son figuras de gato moviendo su pata adelante y atrás o piedras pintadas con gatos. Se creó también el “Manga Island”, algunas pocas construcciones inspiradas en los gatos y en el manga, aunque los turistas enfocan toda su atención en los animales, por lo que no han despuntado muchos comercios.

Otro caso es Aoshima, al sur de Japón, donde la media es de 6 gatos por cada ser humano, llegando a haber más de 120 gatos. Antes de la Segunda Guerra Mundial, Aoshima tenía alrededor de 900 habitantes…y también una plaga de ratones, por lo llevaron gatos a bordo de los barcos pesqueros y ellos dieron fin a los roedores, aunque también tomaron la isla después de que la gente comenzó a partir a otros lugares.

Ahora, los gatos llevan una vida tranquila y feliz en ambas islas, donde los turistas llegan a bordo de ferrys para alimentarlos y hacerles mimos. Sin duda, Japón es un país donde aman a los nekos por la creencia de que atraen la buena suerte, y al parecer, el resto del mundo no se queda atrás.

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