Arquitectura

Hub de Transporte de Nueva York

El Centro de Transporte en Nueva York busca retomar un espacio y embellecerlo, así como mejorar el transporte público de la ciudad, con una estructura diferente, retráctil, de 46 metros de altura, con unas alas que esconden las vías de trenes bajo el suelo.

Además de hacer una creación interesante, en color y forma, el objetivo era sacar provecho de un lugar que es muy usado, pero del no habían sacado todo el potencial posible y ofrecer a las personas espacios comerciales, así como una conexión con espacios verdes urbanos, como los parques cercanos al lugar. En la estructura se elevan unas costillas que sirven como columnas y al mismo tiempo, para crear ilusiones estéticas, y con el color blanco brillante, crear la ilusión de un espacio aséptico.

Su creador, el arquitecto español Santiago Calatrava, dice que el Hub remite a cuando un niño libera a un ave, representando el vuelo emprendido. Asimismo, la manera en que está construido permite que su cúpula se abra un tanto, para permitir la entrada de luz natural, así como el aire en días calurosos, aunque también el 11 de septiembre esta cúpula es abierta como un homenaje para recordar a las víctimas del atentado terrorista de 2001.

Este lugar es también conocido como Oculus y entre los argumentos que reinan entre sus detractores está el costo de la obra, que en un inicio era de 2200 mdd, hasta elevarse a la cantidad de 4000 mdd. Se dice que es un elefante blanco, término con el que se denomina a las construcciones caras, poco funcionales y sin éxito, asimismo, aunque se trata de una central de transporte que ayuda a conectar varias líneas, no es gratis, pues cada uno de los transbordes son cobrados. Sus defensores argumentan que en algunos años nadie recordará que es la estación de trenes más cara de la historia, en pos de la estética que guarda este gran monumento.