Arquitectura

Las ciudades fantasma de China

El desarrollo inmobiliario en los países es irrefrenable, pues mientras la población siga creciendo, habrá que pensar en viviendas para ellos. En cada país se maneja de diferente forma, aunque algo seguro debería ser la vivienda digna para todos. Un caso interesante es el de China, en el que se encuentran grandes espacios de inmuebles construidos vacíos.

Esto es algo curioso, que llama la atención de gobiernos y turistas de otros países y se les ha llamado erróneamente “ciudades fantasma”, pues son complejos completos sin habitantes, incluso centros comerciales y parques de diversiones, algunos de gran valor monetario y, sin embargo, deshabitados.

Dada la relación de China con otros países, se ha dado por determinar que se trata de una crisis, en la que el país sólo busca construir grandes edificios, residencias y demás, aunque sus pobladores no puedan pagar el precio por la renta/venta y queden como “ruinas nuevas”. A pesar de esto, se ha llegado a concluir que de cierta manera esta es la forma en que el gobierno de China planifica la urbanización de zonas rurales.

El proceso chino es convertir las zonas rurales en ciudades, distritos y nuevos barrios cercanos a centros importantes o de descanso. Pero algo que las distingue es que se construyen desde cero, en zonas donde no hay siquiera habitantes, es por esto que el proceso de población lleva incluso años y es aquí donde comienzan a formarse las especulaciones acerca de ciudades fantasma o crisis del ladrillo y la construcción.

Según el proceso de construcción en China, éste dura entre 10 y 15 años. Sus fases comienzan con la construcción y colocación de cimientos, así como la infraestructura básica. La segunda fase es la de crecimiento y maduración del proyecto; mientras que con el paso de los años va llegando la gente a habitarla y así, paulatinamente, se pueden observar personas paseando, apertura de negocios, vida.

Al final, dichas zonas fantasma se convierten en reflejo de la sociedad china: grandes centros de ciudades, o remansos de tranquilidad para descansar de la ciudad.

El problema, podríamos pensar, es que muchas nuevas ciudades emergen en poco tiempo, dando la impresión de una China fantasma, cuando en realidad los motivos de las personas para no habitar de inmediato estos inmuebles es que los quieren para un futuro lejano, su vejez, como regalos para sus hijos y también, por qué no decirlo, para aumentar sus posibilidades de casamiento. Se trata de una fase del proceso de urbanización perfectamente planeada por la sociedad china.

Por otro lado, pero en menor medida, podemos encontrar parajes construidos que, por razones económicas y de acuerdos inconclusos, nunca llegaron a completarse, como parques de diversiones o centros comerciales con locales muy elevados en sus rentas.

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