Arquitectura

Catedral de San Patricio, emblema neoyorkino perdido en el tiempo

La ciudad de Nueva York podría ser sin duda un lugar completamente urbanizado. Difícilmente podemos encontrar edificios antiguos, pues la innovación la ha alcanzado. Pero si buscamos bien, podremos encontrar un tesoro arquitectónico diferente a lo que se acostumbra ver en la urbe. 

Se trata pues de la antigua Catedral de San Patricio, ubicada en el lado este de la Quinta Avenida, frente al Rockefeller Center. De acuerdo a su historia, el terreno en el que se encuentra fue adquirido en 1810, e iba a ser destinado a construir un colegio para jesuitas. Para 1813 fue destinado a la comunidad de monjes trapenses, quienes después de que dejaran de ser perseguidos en Francia decidieron volver a su país de origen, dejando abandonado el lugar. Así pues, se decidió que ahí se erigiera una nueva iglesia dedicada a este santo, pues la anterior había sido destruída por un incendio.

La catedral tiene un estilo neogótico, y su construcción comenzó en 1858 y se terminó en 1879, con un paro intermedio debido a la Guerra Civil Norteamericana. En su momento, las torres de la catedral (de más de 100 metros de altura) fueron diseñadas para que dominaran en altura la ciudad cosa que en la actualidad se queda muy corta frente a los grandes rascacielos de la metrópoli. 

El templo está construido en ladrillo revestido de mármol blanco proveniente de la misma ciudad de Nueva York y Massachusetts, y abarca una manzana entera. tiene una capacidad para 3,000 personas. Los transeptos miden 53 metros de ancho y más de 100 metros de largo. Además, las agujas de las torres tienen una altura similar. 

La Catedral es un icono reconocible de la ciudad, pues su aparición en diferentes medios la ha hecho muy famosa.